<<Pourquoi nous bloquons encore des cours>>, artículo disponible en el diario quebequés Le Devoir: http://www.ledevoir.com/societe/education/358023/pourquoi-nous-bloquons-encore-des-cours ( Fecha de publicación: 30 de agosto de 2012)
Por qué seguimos bloqueando las clases.
Nosotros bloqueamos las clases. Nosotros somos los que estás siendo atacados por la prensa
desde principios de curso. Nosotros somos los que seguimos aguantando los
golpes de las porras. Nos dicen que nos callemos, que votemos, que nos volvamos
a callar. De todas formas, es lo que siempre nos han dicho. Nunca nos preguntan
por qué seguimos aquí cuando detienen a
cada uno de nosotros.
Nunca he visto una incomprensión
tan grande por parte de los medios de comunicación. Se habrán tenido que explicar muchas cosas en
esta huelga, pero esta vez, supera los límites de lo imaginable.
Y, sin embargo, es simple. Bloqueamos
las clases porque nuestras asociaciones han votado para que la huelga continúe.
Nunca habríamos bloqueado una clase cuya asociación hubiese votado la vuelta a
las aulas. La vuelta a los CÉGEPS(centros de bachillerato y formación profesional)
ha sido tranquila, y el asombro que esto ha producido nos ha dado arcadas,
porque esta tranquilidad no sigue la lógica de lo que queda.
No tenemos por qué preguntar si
será eficaz seguir la huelga. Eso nos lo preguntamos en las asambleas
generales. Lo que aseguramos es la democracia: a través de ella y solo de ella
decidiremos volver a clase. A través de ella y solo de ella tienen que pasar
los que quieren reanudar el curso. Si ellos y ellas estiman que las votaciones
se realizan con un índice de
participación escaso, no tienen más que ir a debatir cosas que les conciernen y
en cualquier momento, pueden hacer una solicitud para poder votar.
No somos ladrones. Vuestras palabras
y categorías no nos atraparán. Somos seres humanos y si a veces estamos
enmascarados es porque nos graban permanentemente, como en 1984 de Orwell.
No hemos elegido ir a la cárcel
ni que nos golpeen. Al menos, nunca lo hemos querido. Pero, sin embargo, hemos
sido claros. Ni la intimidación más autoritaria de las administraciones nos
forzará nunca a volver a clase. Ni la policía, ni la seguridad, ni algunos
burócratas o políticos y políticas despreciables lo harán. Podréis ponernos un
fusil en la sien y seguiremos oponiéndonos a renegar de los votos democráticos
de nuestras asociaciones.
Estamos ahí para que dejéis de
hacer oídos sordos cuando en los pasillos de las instituciones supuestamente
libres, se obligan a los profesores a ir al aula a escupir la lección bajo pena
de multas desmesuradas o cuando arrestan a los y las estudiantes porque se les
intimidan y se niegan a arrodillarse.
Estamos aquí para que los medios
hagan por fin su trabajo y dejen de mentir y hablar mal de nosotros. Estamos aquí para recordaros que
nada se ha solucionado y que no resolverán los problemas un voto cada cuatro
años, de los que además, los partidos renegarán.
Estamos aquí para que nuestros
compañeros paren de emborracharse en nuestros pasillos, mientras que, ante sus ojos,
se nos está maltratando y arrestando. Estamos aquí para que cese esta comedia turbadora.
Desde hace meses hemos luchado
para existir. Para que paren de rechazarnos, que las administraciones y los
gobiernos paren de despreciarnos, para que los policías paren de reprimirnos.
Para que nuestro mundo pare de vendernos como vulgar mercancía.
Estamos todavía aquí. Y durante
todo el tiempo en el que siga siendo una
asociación la que decida colectivamente la huelga, bloqueemos las
clases. No la de los otros, no. Porque somos los que respetan una democracia
estudiantil que no esté vacía de sentido.
30 de agosto de 2012.
Jean-Pascal Bilodeau. Estdiante de Montreal.
Le Devoir.
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